jueves, 12 de agosto de 2010

Semiología

“Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social... Nosotros la llamaremos semiología (del griego sémeion “signo”). Ella nos enseñará en qué consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan... Las leyes que la semiología descubre serán aplicadas a la lingüística y así es como la lingüística se encontrará ligada a un dominio bien definido en el conjunto de los hechos humanos.”Saussure.1

De allí nuestro interés de aspecto estructuralista, podremos considerar entonces todos los fundamentos de dicha teoría, no sólo de sus bases, sino de todas las demás ramas que se desprenden de ella, y que nos permitirán encontrar el enlace existente entre la delincuencia organizada como fenómeno social y los signos que pueden conformarla.

Guiraud dice: “Algunos de los más prudentes sólo la consideran como un estudio de los sistemas de comunicación por medio de señales no lingüísticas. Otros, con Saussure, extienden la noción de signo y de código a formas de comunicaciones sociales tales como ritos, ceremonias, fórmulas de cortesía, etc. ”2

Esto puede llevarnos a un enlace interesante, es decir, si Saussure considera que los signos son parte de los hechos sociales como parte de la semiología y Guiraud menciona que estos signos pueden transformarse en formas de comunicación de distintas “actividades” adoptadas por la sociedad. Podríamos solucionar entonces, que la estructura de la delincuencia no es solamente una “forma de organización”; sino que, todos y cada uno de sus elementos son importantes, pues al adquirir cierto papel a desarrollar dentro de la estructura, puede y tal vez, hasta debe ser adaptados por otros, por el sólo hecho de formar parte de una “tradición cultural” dentro de su propia organización.

“Así lo que interesa al estructuralista es la relación que guarda entre sí todo el sistema y que implica una memoria organizada que posibilita la estructuración. Pero no hay que limitarse sólo a las formas, también cumplen con funciones sociales que no se agotan en la estructuración del sentido, sino que posibilitan la existencia social y la perpetuación de la especie…”

Fuentes:
1. Comunicación e información: perspectivas teóricas. Antonio Paoli. 3era ed. México, Trillas, 1983.
2. La semiología, de Pierre Guiraud. Siglo XXI, Buenos Aires, 1974, pág. 10.

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